#ElDato Gravesen debutó como futbolista profesional en el Velje de su ciudad natal en 1995.
Más allá de la ‘Gravesinha’; jugada histórica que recuerda no solo la afición madridista por la rudeza con la que clavó su rodilla en el césped para engañar al rival ante el Sevilla, Tomás Gravesen era el ‘Mario Balotelli’ de la era galáctica pues trajo más de un dolor de cabeza dentro y fuera del vestuario.
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James McFadden, recordó al excéntrico mediocampista del Real Madrid y ha revelado algunos episodios extravagantes mientras compartían vestuario en el Everton.
«Era un tipo diferente. La persona que, en un grupo, tratas de evitar. Era el tipo más hiperactivo del mundo. Todo el rato» fue la descripción sobre la personalidad de Gravesen en entrevista.
«Una vez trajo una pistola de paintball al entrenamiento y empezó a disparar a todo el mundo», indicó McFadden sobre el danés mejor conocido como ‘El Ogro’.
Pero ahí no para. «La habitación de los fisios estaba al lado de un campo de entrenamiento. El fisio estaba corriendo con los jugadores lesionados cuando Tommy apareció con fuegos artificiales y un gran cohete y disparó hacia él» agregó.
Don Thomas Gravesen. Ninguno como él.