Se jugaba el tiempo añadido y anotó una burrada de autogol con el que su equipo perdió el partido

Bournemouth de manera agónica derrotó en casa 2-1 a Everton gracias a un inaudito gol en contra. El protagonista fue el veterano Seamus Coleman, que cuando se jugaba el minuto 91 tras un centro al área, la pelota picó en el verde césped y de manera insólita se la llevó por delante con el pecho metiéndola en propia puerta.

No se entiende si quiso controlar o pasársela a su arquero, pero su indecisión le costó una dura caída a los Toffees.

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