Reventaba el Antonio Vespucio Liberti de la ciudad de Buenos Aires con el grito de 60.000 hinchas de River Plate que asistían a presenciar a su equipo en el Superclásico del futbol argentino frente a Boca Juniors.
Ni la ausencia de la hinchada visitante, ni la polémica elección de Delfino como juez de la contienda, opacaron el espectacular marco que se vivía en la tarde bonaerense. De ganar River superaría a Boca en la tabla y se acercaría a los puestos de privilegio del Torneo Inicial.
Cerrado y tenso como suelen ser estos encuentros iniciaba el compromiso, apenas a los 6 minutos Gabriel Mercado de cabeza estuvo a punto de abrir el marcador para el millonario, pero el balón salió desviado por poco. River más incisivo y profundo que su rival en los primeros 10 minutos de juego, donde Manuel Lanzini tuvo otra oportunidad clara de anotar que fue atajada a quemarropa por Agustín Orión.
A los 19 el conjunto visitante pudo sorprender en un contragolpe, pero una doble atajada milagrosa del gran portero Marcelo Barovero frustro la celebración Xeneize, aparte de esa opción todo el dominio era del cuadro local que tocaba el balón con precisión y criterio. Sin embargo al minuto 23 tras una gran jugada de Juan Manuel Martínez, Gigliotti anticipó a su marcador para anotar el 0-1 a favor del visitante.
El dominio de River siguió tras el gol, pero no llegaba la anhelada anotación, al minuto 31 Andrada pudo haber empatado el cotejo, pero su cabezazo salió muy desviado. Con la gran figura de Teófilo Gutiérrez terminó un primer con una injusta ventaja para los visitantes.
Al minuto 48 Boca pudo aumentar con un disparo del Burrito Martínez que golpeó en el vertical de la mano derecha de Barovero. Al 52 Ponzio remató de fuera del área también golpeando el poste esta vez en el arco Xeneize.
En el minuto 57 Juan Román Riquelme visiblemente cansado dejó la cancha, en su lugar entró Escalante. Los locales seguían como todo el partido pasándole por encima a su rival, sin embargo las oportunidades de gol empezaban a escasear y la desesperación se apoderaba de los jugadores.
Al minuto 82 ya con un River desesperado, llegó una oportunidad clara con un centro de Vangioni y un cabezazo de Mora que golpeó en el palo, los locales seguían sin conseguir la anotación. Al 91 Teófilo la tuvo de cabeza pero Agustín Orión la salvo milagrosamente.
Finalmente no llegaría el tanto que traería cierta justicia al marcador, y Boca se llevaría una victoria en el Superclásico, gracias a la eficacia de sus delanteros que aprovecharon una de las pocas oportunidades que generaron en el encuentro. River siguió antipático de cara al gol y a pesar de haber jugado uno de sus mejores partidos del semestre, mostró la necesidad de tener un delantero de jerarquía para acompañar a Teo en el ataque.