Los equipos mundialistas de Holanda y Japón empataron a dos goles y dejan para el espectador un gran partido con goles de calidad.
El equipo de más tradición futbolrea, Holanda, enfentó a Japón que, con hombres de calidad, se ha venido haciendo un nombre en el fútbol mundial.
El partido se perfilaba como atractivo por la velocidad de los dos equipos en ataque. No defraudó pues los goles se vieron, grandes jugadas colectivas y emociones fuertes en la áreas.
Los holandeses salieron al campo de juego a demostrar su poderío ofensivo por bandas. Comandado por Van der Vaart y Robben, los europeos mostraron su velocidad por bandas y la infinidad de recursos que tienen en ataque.
Intentaron de media distancia, con centros y con incursiones hacia el medio que le hicieron daño a la defensa nipona. De un error nació el primer gol que hizo ver la calidad de Rafael Van der Vaart con un toque sutil sobre el portero rival.
La reacción visitante llegó con su mejor hombre, Honda. Sin embargo, los japoneses no parecían finos en ataque y se refugiaron en los remates de larga distancia.
El segundo gol holandés llegó con un tremendo disparo con izquierda de Robben. El jugador del Bayern se internó de la banda al centro y remato a puerta.
Antes de la primera mitad llegó el empate nipon. Osako al 44 empató el partido con un gol merecido por la insistencia japonesa que nunca se escondió.
El segundo tiempo tuvo ocasiones de ambos lado peor lo más importante para la retina del espectador, el tremendo golazo de Honda que no sólo da el empate y un envión anímico sino que también, un golazo de jugada colectiva.
