El equipo Che consiguió la victoria en el último suspiro del compromiso por la vía de los 12 pasos.
Mostrando graves falencias futbolísticas, nuevamente el Valencia consigue tres puntos en su casa jugando o poco y a nada, usando el último recurso para saldar cuentas y evitar críticas de propios y extraños: el tiro penal.
Sí. El equipo valenciano dejó ver una y otra vez, su poca brillantez para manejar partidos, controlar tiempos, definir acciones y contrarrestar contraataques rivales. Su nivel esta sobre piso, nada parecido al rendimiento constante que mostraba en temporadas pasadas, baja la dirección de Unai Emery, hoy por tierras rusas al comando del Spartak de Moscú.
Una vez más son Soldado o Valdez los jugadores que sacan de apuros al elenco de los murciélagos. En esta ocasión, un penalti discutible a causa de una mano del mexicano Héctor Moreno, el cual se resbala con las manos extendidas y de paso toca el balón, fue el tesoro dorado para evitar una catástrofe monumental y tener que lidiar con una dirigencia que tiene los ojos puestos en todo el banquillo.
La polémica recaló en que previo a esta jugada, el colegiado Cerro Grande no pitó una clara infracción de Banega sobre Forlín, que hubiese significado un tarjeta amarilla para el argentino y el comienzo de otra jugada. En conclusión, el penal existió, pero nunca debió haber llegado.
Y eso no fue todo. Los hombres de Mauricio Pochettino indignados ante el dictamen del referí, salieron a protestarle a este con mucha ira, hecho que provocó dos expulsiones consecutivas en una misma tajada, afectando a los catalanes para la próxima fecha liguera. Los exiliados: Moreno y Sergio García.
Además la ñapa fue la anotación de Soldado, la pérdida del punto que rescataban los pericos y la injusticia que se cometía con un equipo que había mostrado más fundamentos para hacerse con el partido.
El espectáculo demostrado por los taronges fue de quinta. Basaron gran parte de su juego a punta de pelotazos que nunca fueron efectivos ni bien recibidos por cerca de los 35 mil espectadores, que sufrieron más de la cuenta por culpa de un equipo poco propositivo y sin un hilo conductor.
Sin embargo, los locales se irían adelante con un gol de Jonathan Viera, que aprovechó un rebote el cual golpeó en el rostro de Jonás para definir con el borde interno y vencer al cancerbero Álvarez.
De todas formas los blanquiazules no perdieron la fe y se comprometieron a igualar la cuenta. Las bandas fueron el as bajo la manga para arremeter a un Valencia desordenado y sin intenciones de seguir atacando. Las claves: Sergio García y Verdú.
La actitud y la determinación de los de Barcelona tuvo su recompensa. A la media hora de partido, un remate que pareció más pifia que otra cosa por parte de Longo, fue la cuota para colocar las cosas 1-1 en Mestalla. La suerte acompaño esta vez al italiano a pesar de su caída, para darle luz verde a su equipo nuevamente.
El segundo tiempo pintaba mucho más emocionante, suponiendo la presión a la que estaba el Valencia con miras de no alejarse de las primeras plazas de la competencia y de paso estar al filo de las competencias continentales. Sin embargo esto nunca ocurrió, al contrario, los de Pellegrino se durmieron más de lo que estaban y provocaron un dominio absoluto de la visita.
La medular fue una tormenta para el Che, viendo como Verdú y Sergio García, bailaban una y otra vez a Tino Costa y Albelda, de flojo partido. De todas formas, los pericos demostraron una y otra vez, que saben aprovechar momentos clave de partido, situación que los compromete en la tabla y en su estado físico y mental.
Pellegrino, ante el desespero del discreto partido de sus dirigidos, decidió ingresar a Banega, sin lograr ningún efecto en la marca. Ante este acontecimiento, apeló por Haedo Valdez, quien en las últimas fechas le había salvado la vida a su entrenador y a su equipo. Sin embargo, el cambio no fue necesario a causa de la mano involuntaria para unos y clara para otros de parte del zaguero manito Héctor Moreno.
Cobró Soldado con calidad para prender la fiesta y enardecer la calma de los azules. Este hecho terminó por crucificar a los de Pochettino y le brindó un manjar de frutas frescas a un ácido equipo valenciano.
Próxima fecha: Málaga Vs. Valencia; Espanyol Vs. Getafe