Tibio empate en un Superclásico caliente.

Un marco espectacular se vivía en las tribunas del Estadio Alberto J. Armando que recibía el clásico 200 por torneos locales entre Boca Juniors y River Plate. La salida del conjunto de Carlos Bianchi prendió la fiesta en lo que se preveía como el gran encuentro de la jornada 12 del Torneo Final del futbol argentino.

La fiesta sin embargo empezaría para el conjunto visitante, pues a los 43 segundos de iniciado el compromiso ya ganaba River Plate, el juvenil Manuel Lanzini logró concretar el 0-1 de cabeza a centro del uruguayo Carlos Sánchez, quien había recibido la pelota tras un equivocado quite de Guillermo Burdisso.

El gol le dio el dominio del partido desde el inicio al conjunto de Ramón Díaz que se floreaba en la Bombonera ante un alicaído Boca Juniors que no parecía encontrar respuestas. A los 33 minutos Funes Mori pudo aumentar para River, pero su remate se fue alto; un minuto después Sánchez tuvo otra clara opción de aumentar la cuenta, pero su definición sobre la humanidad de Orión se fue desviada por poco.

El conjunto millonario tuvo para definirlo pero falló en concretar las opciones, y en la primera llegada del Xeneize, Santiago Silva le cobró esta falta de efectividad anotando un injusto 1-1 tras gran jugada de Walter Ervitti, de nuevo el conjunto de Núñez no supo cerrar un partido cuando debía y se fue al descanso con un injusto empate.

En el segundo tiempo bajó el ritmo del partido, los dos conjuntos se mostraron imprecisos con el balón y las llegadas a los arcos escaseaban, siendo las mejores oportunidades para el cuadro local aunque ninguna llegando a asustar al portero Marcelo Barovero.

A los 22 minutos el técnico millonario se iría expulsado por presuntos improperios contra el juez del compromiso, Ramón salió del campo ovacionado por la hinchada de River e insultado por la de Boca que lo acusaba de ser de la “B”.

Desafortunadamente lo más destacado del segundo tiempo como sucede muchas veces en el futbol suramericano, fueron actos de vandalismo ocasionados por los hinchas, a los 75 minutos el partido fue detenido por unas bengalas arrojadas detrás del arco de Barovero por parte de la barra de Boca, y a los 92 (se jugó hasta los 102) de nuevo tuvo que ser interrumpido por unas bombas de estruendo que cayeron muy cerca del portero de River. Dos minutos antes del último incidente se había ido expulsado el defensor de Boca, Guillermo Burdisso, tras cometer una criminal falta sobre la humanidad de Carlos Sánchez.

Al final un 1-1 en un Superclásico en el que sólo se practicó fútbol durante los primeros 45 minutos los cuales fueron ampliamente dominados por el visitante. La segunda mitad fue poco vistosa, y aunque el protagonista principal fue el conjunto Xeneize, el empate se vio como mucho premio para un Boca que llego a su undécimo partido seguido sin conseguir una victoria en el torneo local. Para los de Ramón un mal resultado que los aleja de Lanús y a la espera de lo que haga Newell’s el día lunes.