Desde la llegada de Unai Emery al banco de los sevillanos, el conjunto andaluz demuestra en cada fecha que tiene otro aire, otras ganas y por su puesto, un mejor fútbol. El equipo se ha encargado de levantar cabeza contra grandes rivales o por lo menos directos, así como lo fue el Bilbao en esta oportunidad.
Negredo fue la gran figura de la noche por las dos anotaciones, la entrega y un gesto polémico al celebrar el segundo tanto. Desde el comienzo se vió el hambre de los andaluces pues salieron a apretar al Bilbao en propio campo sin darle posibilidades en la salida con balón dominado.
El primer gol llegó al minuto cuatro con un buen golpe de cabeza del capitán. Desde tan temprano se sabía quién iba a ser el jugador del partido. Los locales empezaron a crear bastantes oportunidades de gol que no fueron concretadas.
En la segunda mitad los «leones» salieron con hambre, en la primera mitad parecían satisfechos, y el cambio fue notorio pues inclinaron la cancha al arco contrario. Crearon oportunidades por banda con Muniain, de Marcos y Gurpegui. Tanto insistir les rindió fruto pues Gurpegui anotó el empate casi de la misma forma que Negredo la apertura el marcador.
El partido se emparejó no sólo en fútbol sino también en el juego fuerte por parte de los jugadores. Eso derivó a la expulsión de un hombre por bando, Navarro por los vascos y Laporte por el Sevilla.
Pero lo que comenzó bien, terminó bien. Faltando 5 minutos para el final del encuentro, un gran desborde de Reyes le permitió centrar por el piso para la llegada de Negredo y convertir así, la victoria local que los deja a mitad de la tabla y con posibilidades de llegar a competiciones europeas.