Wayne Rooney fue el encargado de prender las luces a favor de los diablos rojos contra el Fullham con un tremendo golazo a 10 minutos del final del encuentro. El partido durante la primera etapa fue muy intenso y con varias opciones de gol que no fueron concretadas, principalmente, por el United.
A 3 minutos de finalizar la primera parte, todas las luces del estadio se apagaron y dejaron Craven Cottage en la oscuridad absoluta.
El juego reanudó algunos minutos despúes y el árbitro decretó el final de una primera parte entretenida. Para el segundo tiempo la intensidad bajó un poco. Aunque la cancha estaba iluminada, el juego poseía una total penumbra por lo mostrado en ambos bandos. Sin embargo, el de siempre, encendió las luces para darle la victoria a los visitantes y acercarlos un poco más al título inglés.