#ElDato: El último gran título que le faltaba a Ronaldinho por adornar en su extenso palmarés no pudo ser.
Por la segunda llave de las semifinales del mundial de clubes en el que el Bayern Munich ya tiene su tiquete para la final, el equipo marroquí le dio una
buena sorpresa a los brasileros y hicieron historia. La fiesta, el delirio y la conmoción se apoderaron de Marruecos.
El equipo de Ronaldinho Gaucho salió confiado a un partido que desde los primeros minutos dominó sin contundencia alguna por parte de Jó y Fernandinho. No obstante a los 20 minutos de cotejo, las “Aguilas Verdes” empezaron a dar sorpresa con buenas llegadas producto de contraataques de la pobre defensa de los “Galos”.
La paridad se fue hasta las duchas hasta que en el minuto 51’ los locales dieron el golpe y se colocaron arriba en el marcador. Desconfianza, impotencia y
nerviosismo eran adjetivos dignos de los de Belo Horizonte en el inicio de ese segundo tiempo. Sin embargo, la historia cambió al minuto 63’ con un ataque
de magia, la de Ronaldinho. El talento sigue intacto y con una pelota quieta, el brasileño embocó la caprichosa al fondo de la red con una comba que no hizo
más que recordarle al mundo porque alguna vez fue el mejor del mundo.
A partir de ese momento, los dirigidos por Cuca volvían a ser los dominadores del juego y los favoritos a llegar a tan ansiada final. A falta de 6 minutos para
el pitazo final, el colegiado les otorgó un penal inexistente al Casablanca. Desde el manchón el capitán Moutouali cambió la historia. La impotencia volvió a
ser parte del Atlético Mineiro y en el último minuto de reposición, Mabidé tras una contra, liquido el mítico 3-1. El árbitro levanto sus brazos y los “Galos” se fueron a empacar maletas.
El conjunto marroquí quien era el invitado del certamen se colocó en la final y ahora se enfrentará con el equipo de Robben, Ribery , Guardiola y demás. El
torneo se definirá este sábado en el que el conjunto bávaro es claro favorito pero como quedo evidenciado, no se deberá confiar ya que el Raja se está portando como un buen invitado.
Thomás Blanco Lineros.