Con goles de Fernando Uribe y Juan David Valencia, los verdolagas derrotaron al Deportivo Pasto y alcanzaron el primer título de esta campeonato.
Atlético Nacional, uno de los equipos más emblemáticos del fútbol colombiano, alcanzó esta noche el titulo de Copa Postobón, convirtiéndose de esta manera, en el quinto campeón de este certamen y en clasificar para la Copa Sudamericana 2013, en representación del balompié cafetero.
Los goles del verde fueron obra del talento delantero Fernando Uribe a los 14 del complemento y de Juan David Valencia al minuto 33 de la segunda mitad. Con esta nueva consagración, el verde de la montaña se suma a La Equidad (2008), Independiente Santa Fe (2009), Deportivo Cali (2010) y Millonarios (2011), al grupo de los equipos vencedores de esta competición relativamente nueva y que incluye a todos los equipos de la Liga Postobón y el Torneo Postobón (Primera B).
Por si fuera poco, se convierte en el equipo más laureado del país, consiguiendo su decimo octavo título en su historia (11 ligas colombianas, 1 SuperLiga Postobón, 1 Copa Postobón, 1 Copa Libertadores de América, 2 Copas Merconorte, 2 Copas Interamericanas) , superando a Millonarios FC que se planta con 17 conquistas.
Y esto no es todo. El profesor Juan Carlos Osorio, entrenador caracterizado por ser demasiado metódico, consiguió su tercer título en el país y el segundo con el Rey de Copas (SuperLiga y Copa) desde su llegada en el mes de mayo.
El partido
Las finales se juegan para ganarlas, ya sea jugando bien o mal; esos factores no importan. En la memoria de un hincha siempre quedará presentes los títulos, El camino para el firmamento siempre pasará a un segundo plano, pues las emociones y las consagraciones primaran por encima del método en cualquier circunstancia.
El estadio estaba lleno. Tan repleto como en los momentos cumbres que Nacional ha llegado a las finales, ya sean alzándose con los títulos o perdiéndolos increíblemente como aquella finalísima contra el Junior en 2004, donde los verdolagas cayeron de forma trágica con los tiburones por la vía de los 12 pasos.
Los más de 40.000 aficionados que colmaron el Atanasio sufrieron más de la cuenta. Los nervios acompañaron los corazones de los miles de hinchas que gritaban desesperados al ver que su equipo no sacaba ventaja del resultado obtenido en la ida.
Los nariñenses empezaron a mandar en el encuentro. Aprovechando la ansiedad extrema de su rival, el Deportivo Pasto manejo con suprema tranquilidad el partido llegando en un par de ocasiones al área verdolaga. Para resaltar la opción desperdiciada por Villota, que no logró concretar ante la tibia arremetida del guardameta Bonilla.
Flavio Torres demostró con creces que sus dirigidos estaban dispuestos a pelearle codo a codo a Nacional la copa. Su equipo se plantó con seguridad y orden bajo un sistema 4-4-2, logrando movilidad en la medular y reduciendo espacios ante cualquier arremetida paisa.
Los pastusos cumplieron a cabalidad cada una de las instrucciones del profesor, inclusive excediendo en cumplimiento. Para resaltar el trabajo continuo de Villota, Girado y el internacional boliviano Joselito Vaca, quien logró incomodar en repetidas ocasiones a lo zagueros locales.
Sobre el último tramo del primer episodio Nacional despertó, logrando una relativa superioridad en la tenencia de la pelota y en aproximarse al arco contrario. Para enmarcar las ocasiones de Fernando Uribe y Avilés Hurtado, los cuales se encontraron nuevamente ante un glorioso Cuadrado, que siempre estuvo atento a todos los movimientos y ante todo conto con un sexto sentido que le ayudó bastante a la hora de tomar decisiones.
El descanso fue el mejor momento para Nacional. El rey de copas salió fortalecido, como si se hubiese topado con una vara mágica que le ayudó a inspirarse en cuerpo y espíritu.
En concreto, los locales salieron a buscar el compromiso, a vivir o morir, a ganar o perder. Y lo lograron. Se notó el peso de la camiseta en esta segunda instancia, al ver a un equipo entregado dando hasta el 200% de cada uno de sus soldados en combate.
Fue el genio, el creativo, el impaciente Macnelly Torres quien le diera a su escuadra los mejores dotes de inspiración. El “10” desplegó todo su potencial para asistir a los delanteros y poner adelante a Nacional. En un jugada común y corriente, asistió en gran forma a Uribe para que este, demostrando toda su calidad goleadora, incrustara al fondo de la red la esférica y pusiera las cosas 1-0 a los 13 minutos y de paso le diera el título de forma momentánea a los verdolagas.
Ese tanto fue la clave para terminar de abrir el cerrojo pastuso. Los visitantes, viendo que el partido y el título se les escapaban de las manos, no tuvieron otra opción que adelantar filas arriesgando más de la cuenta. Y lo pagó muy caro.
Corría el minuto 22, cuando Avilés Hurtado desplegó toda su velocidad para evadir marcas y mandar el balón a Juan David Valencia, quien sin pensarlo dos veces, disparó con fuerza para dejar sin posibilidades a Cuadrado que se estiró pero no le alcanzó. Golazo en jugada de laboratorio que fue el punto de partida para prender la fiesta en el Atanasio y en sus alrededores.
Pitazo final a manos de Hernando Buitrago y la gente a festejar. Nacional cumple una vez más, alcanzando el título que le hacia falta en Colombia y de paso marcando un exitoso segundo semestre si le sumamos el título de la SuperLiga y el pase en buenos términos, a los cuadrangulares de la Liga Postobón II. Nacional tiene un nuevo trofeo en sus glamurosas vitrinas y con ello desata júbilo en los miles de hinchas verdolagas a lo largo y ancho del país.