#ElDato: a sus 29 años, son 274 los goles que acumula el delantero ‘charrúa’ a nivel de clubes.
Consciente de que había nacido para el fútbol, Luis Alberto Suárez se formó en las divisiones inferiores de Nacional de Montevideo con la ilusión de algún día ser un delantero estrella reconocido a nivel mundial, a pesar de las dificultades.
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En el vecindario donde se crió lo recuerdan como un muchacho inquieto, que siempre se caracterizó por la perseverancia. «Era un niño inquieto, que jugaba siempre al fútbol en la calle. Como todos los niños del barrio. Tuvo una infancia muy linda. Eran una familia muy humilde, pero muy buena y trabajadora. Luis se divertía mucho», comentó una vecina que lo vio crecer.
A pesar de que no nació con el don de figurar y marcar goles, la intensidad y el compromiso fueron vitales para que ‘Lucho’ se formara como un jugador completo, llegando a ser quién es hoy en día, uno de los arietes más letales del fútbol.
«Lo tomé en sexta y estuvo conmigo tres años. Era un chico como los demás. Tenía buen comportamiento, muy compañero de todos. Muy solidario. Pero lo que lo caracterizaba era la intensidad con la que vivía el fútbol. Él se entrenaba para ser el mejor. Admiraba de él la forma de entrenar. La forma de prepararse. Con la seriedad que se tomaba los partidos. Él siempre quería ganar. No tenía miedo de perder, quería ganar», afirmó Ricardo Perdomo, entrenador suyo en las inferiores de Nacional.
Según Mathias Cardacia, jugador profesional con el que coincidió desde la categoría infantil, la clave del éxito de Suárez se debe a su exceso de confianza y deseo de superación: «Cree mucho en sí mismo. En cuanto más en contra la tiene, más cree en él. Confía en si mismo. Eso lo hace ser tan grande. El quiere siempre. Siempre fue líder. Creo que todo ese combo lo ha hecho llegar al lugar en el que está».
Con información de Invictos.
