Un sólo jugador desnudó todas las falencias del Madrid y lo hizo ver no como el ganador de 9 copas de Europa sino como si tuviera 4. El conjunto alemán tuvo pasajes del partido en los que no encontró su juego y el Madrid empató. Sin embargo, Lewandowski se echó el equipo al hombro.
Desde el primer minuto de partido el Madrid salió temeroso a la cancha aún sabiendo de todo su poderío y categoría. El Borussia, sin nada que perder, salió como los grandes equipos y aplacó al Madrid en juego, ganas y eficacia.
El equipo local hizo ver a los merengues como si ellos fueran los NO favoritos. Como si los que buscaran la décima fueran ellos y no los españoles. ¿Qué decir de Lewandowski? Sin duda fue la figura de la cancha con las 4 anotaciones y además, hizo jugar a su equipo con juego de conjunto y pases certeros.
El polaco no sólo anotó los 4 goles sino que hizo ver a los defensas, Pepe y Varane de los cuales tan bien se había hablado, como dos pequeños centrales perdidos. El Madrid deberá cambiar mucho en Madrid para poder revertir la serie.
Mourinho se demoró con los cambios y cuando los hizo, el poco tiempo restante y el ánimo decaído de los suyos, hizo que los que ingresaron no entraran al juego y mucho menos que sus compañeros colaboraran.
El resultado se ve reflejado en los tiempos de dominio del partido por parte de cada equipo. Real Madrid manejó 15 minutos del partido y el Borussia, perdón, Lewandowski dominó los otros 75 minutos restantes.
La final alemana se encamina más que nunca pero hay que recordar que tienen al frente a los dos mejores equipos de España. Para ser honesto, si los españoles juegan así de tímidos, no tenrán posibilidades ante el poderío alemán.
