La Universidad Católica de Chile derrotó 2-1 a Independiente de Avellaneda, eliminándolo de la copa Bridgestone Suramericana.
El equipo chileno había tenido todo para sentenciar el duelo la semana anterior en un partido donde dominó completamente a los argentinos, sin embargo, y a pesar del buen crédito que le daban los 2 goles anotados de visitante, sabían que no tenían la llave cerrada y tendrían que justificar su buena actuación del partido de ida, clasificándose a la semifinal del torneo.
El inició de partido daba todos los indicios de que, este Independiente lleno de suplentes, y con la mente puesta mas en evitar el descenso en su liga local que en ganar un torneo internacional, iba a ser superado fácilmente por el equipo cruzado, pues ya en el minuto 17 tras una mano en el área de Cáceres, Michael Ríos anotaría el penal que le daría la ventaja a los chilenos.
Sin embargo al minuto 35, Santana sembró la incertidumbre, marcando el empate con un gran disparo de volea. Incertidumbre que no duraría mucho, pues Cristian Tula derribó en el área a Castillo apenas 4 minutos después del 1-1, permitiéndole de nuevo a Michael Ríos ejecutar desde los 11 pasos poniendo de nuevo en ventaja a la católica.
En el segundo tiempo, tras la expulsión de un hombre del equipo local y con la confianza de que solo tenían que anotar un gol para forzar los penales, Independiente se fue encima de su rival, pese a esto las dos mas claras que tuvo no pudieron ser definidas por el excelente delantero Ernesto Farías, quien había ingresado en el minuto 75 pero no contó con suerte frente al arco protegido por Cristopher Toselli. En el minuto 90 Gazale tuvo la mejor oportunidad del partido para los chilenos, pero el pundonor de la defensa roja impidió lo que hubiese sido un verdadero golazo.
El 4-3 en el marcador clasificó a la U Católica a semifinales y dejó fuera a un Independiente para el que, dada su situación actual, esta eliminación no es del todo mala.