Ibracadabra Guldbollen 2012

El 31 de agosto de 2004 ficho por la Juventus de Turín, aquel equipo vestido a rayas que dominaba el continente europeo mediática y futbolísticamente veía llegar a un gigantesco sueco, un superdotado de 1,95 mts y 95 kg con una técnica envidiada por muchos, que había jugado en el Ajax de Ámsterdam.

El joven delantero demostraba sus dotes futbolísticos cada fin de semana en los siempre difíciles terrenos italianos, tras una temporada marcada por las lesiones de David Trézéguet, el sueco se hacia con el puesto de delantero centro del equipo italiano.

El 14 de noviembre de 2005, fue galardonado con el “Guldbollen”, un premio al mejor futbolista sueco del año, sorprendiendo tras superar a sus compatriotas Henrik Larsson y Fredrik Ljungberg en las votaciones. Este premio ilusionaba y hacia pensar que una nueva estrella brillaría en los cielos europeos.

Ayer, 12 de noviembre de 2012, siete años y seis Guldbollen después el obelisco sueco volvió a hacerse con el galardón al mejor futbolista de su país del año, superando así cualquier estadística o record conseguido en el pasado por sus compatriotas.

Una en el 2005 y seis veces consecutivas son el número de veces en que este magnifico jugador apasionado por las artes marciales ha ganado este premio y seguro habrá Zlatan para mucho tiempo.

No solo son sus goles maravillosos en los que aplica aquella técnica del taekwondo que practicó durante su infancia en Malmö, sino su inteligencia a
la hora de tomar el balón, la velocidad con la que su cerebro ejecuta órdenes para que su espigado cuerpo realice movimientos que rompen cualquier regla o cotidianidad del fútbol.

Jugando como un clásico nueve de área, ha re inventado esta posición hasta transformarla en la que hoy en día él podría ser el único referente, tal como un muro solido de concreto, el sueco adopta una naturaleza de pasador nato donde de la forma mas simple habilita a sus compañeros de cara al gol.

Zlatan el nueve sueco, deslumbra al futbol mundial con la elegancia, sutiliza y coordinación de un bailarín de ballet.

Mijaíl Nikoláyevich Barýshnikov aquel ruso considerado como el mejor bailarín de ballet del mundo, envidiaría la forma en que el sueco olvida el concepto de gravedad, desplegando su figura en el aire y jugando con la misma solvencia que lo caracteriza sobre el terreno de juego.

Jason Mercier el más grande jugador de póker del planeta, aprendería de la forma en que Zlatan disfraza sus intenciones con el balón, engañando a sus rivales hasta hacerlos comprar una falsa realidad. Sus regates, dejan rivales por el suelo que se devanan los sesos viendo como de la manera más vulgar y descarada el gigante pisa la pelota frente a sus ojos con su arrogancia característica y en el momento menos pensado arranca con su majestuosa velocidad para ponerse de cara al gol.

Para los amantes de este deporte, es un garante de espectáculo y buen fútbol el que Zlatan este sobre el césped, un placer para el espectador que en su
condición permanece atento a una genialidad de uno de los que verdaderamente comprendieron este juego.

Por Rafael Navas Castilla

@rafaelnavas14