Este año el Deportivo quiere hacer del Riazor su fortín para salvarse del descenso. Los dirigidos del debutante Domingos Paciencia empezaron de la mejor manera éste nuevo año que se define en un solo objetivo, mantener la categoría en la Liga BBVA. Aunque el Deportivo no comenzó de la mejor manera el partido porque le regaló el balón al Málaga, poco a poco se fue llenando de confianza por las imprecisiones de su rival. Los locales neutralizaron a Isco y a Joaquín, los principales creadores de juego del conjunto andaluz y empezaron a construir juego pasando por Abel Aguilar al adelantar las líneas. Durante el primer tiempo los blanquiazules tuvieron las opciones más claras pero la gran actuación de Willy Caballero evitó que se adelantaran en dos mano a mano que tuvieron con el arquero argentino. En la oportunidad más clara del local, Caballero no pudo hacer nada, lo hizo fue el vertical tras un cobro de pelota quieta en la frontal del área cobrada por Pizzi. El guardameta Aranzubia también le negó el grito de gol a Joaquín tras un remate solo frente al arco. Al igual que en el primer tiempo, la segunda parte siguió evidenciando los errores en la salida de los malaguistas. Fue así, que al minuto 57 llegó el único tanto del encuentro. Jesús Gámez, defensor visitante, trató de regresar el esférico pero se quedó corto el pase y llegó el portugués Pizzi que en una carrera por la lateral, le quebró la cintura a Demichelis y definió con un potente remate para desahogar el grito de gol. Los dirigidos por el ingeniero Pellegrini intentaron de todas las forma empatar el partido pero la gran noche de los jugadores locales no permitió que se consiguieran el empate y así, el Málaga sigue con la maldición de no poder ganar, por Liga BBVA, en el campo del Deportivo.