En un partido de alto calibre, los de Rafa Benítez vencieron 4-1 a un Wigan inspirado que puso en aprietos a los ‘blues’ en varios pasajes del compromiso.
Este sábado se vivió en Stamford Bridge un duelo digno de presenciar entre dos equipos topados de realidades diferentes pero necesitados de ganar con miras de alcanzar sus objetivos. Por un lado para los de Londres suponía mantener la tercera plaza en la general mientras que para la visita era el momento de arañar puntos vitales con el objetivo de salir de la zona roja del descenso.
En este sentido, el duelo salió mejor de lo esperado, con un Wigan limitado en plantilla pero batallante en todo el terreno de juego. El Chelsea sacó tajada a su condición de local y a la vez por contar con mejores jugadores en su plantilla que a cuestas hicieron diferencia cuando más lo necesito.
En la primera manga, los de Roberto Martínez inquietaron en varias ocasiones a los de Benítez, con un Di Santo enchufado que dejó desacomodada la zaga blue en varias jugadas. Sobre el 22’llegó la apertura del marcador para los de casa tras un contragolpe iniciado por David Luiz, que mandó la esférica a Torres y este se inventó un pase en diagonal que recaló en los pies de Ramires el cual aceleró como sprinter y metió un disparo al costado izquierdo venciendo al golero.
En el complemento el Chelsea amplió la ventaja después de una formidable acción de Azpilicueta que asistió sobre el corazón del área a Hazard para que este definiera con soltura.
El Wigan que venía de hacer una destacada actuación en el primer tiempo, se despertó y consiguió el tanto del descuento obra de Shaun Maloney, quien aprovechó el adelantamiento de la zaga para quedar solo frente a Cech tras un pase aéreo entre líneas y poner la cuenta nuevamente apretada.
A partir de ahí el juego se tornó físico y caliente, con un Wigan listo para empatar y un Chelsea que trataba de conseguir el gol definitivo pero que desafortunadamente no se le daba. En este sentido, cuando se esperaba un triunfo apretado para los ‘blues’, llegó de forma inesperada el tercer y cuarto gol a seis minutos del cierre.
Franky Lampard, el jugador de los mil y un batallas, decretó el tercer tanto consiguiendo de paso su gol 198 con la camiseta blue. El último gol fue obra del recién ingresado Marko Marin tras un pase del ibérico Azpilicueta.