De artillería pesada a artillería fina

Más allá de haber tocado el cielo con las manos en aquel, memorable e inservible, 5-0 frente a Argentina, mi mejor recuerdo de un partido de fútbol de la Selección Colombia fue frente a Alemania. Cómo no acordarme del 1-1 en Italia 90’ cuando Pierre Littbarski nos eliminaba de la competencia faltando un minuto para el final del partido, pero en tiempo de reposición, el ‘coloso’ de Buenaventura, Freddy Rincón, nos puso por única vez en la segunda ronda de una copa del mundo.

Esa Alemania se coronó campeona unas semanas después al vencer a Argentina, de Maradona, por la mínima diferencia en un juego bastante desabrido. Los teutones tenían un equipo de juego fuerte, sin brillo, aburridor pero muy efectivo con jugadores de la talla de Lottar Matthaus, Jurgen kohler, el pequeño Thomas Haessler, Andreas Moller o Stefan Reuter y que integraban equipos como el Bayern Munich o el Borussia Dortmund, los mismos que hoy están en semifinales de la Champions League. Además de Jurgen Klinsmann, Bodo Illgner y Rudi Voeller.

En el 90’, los tanques alemanes consiguieron su tercer título del mundo y luego, entraron en un abismo que parecía no tener fondo y que duró cerca de 10 años. En las ediciones mundiales del 94 y 98 no pasaron de cuartos de final y en la Eurocopa del 2000 fueron eliminados en primera ronda sin conseguir ninguna victoria. Esa fue la debacle, pero marcó el resurgir de los tanques, quienes enfilaron sus armas y recargaron la artillería.

En Alemania sonaron las alarmas y rápidamente se inició un plan de contingencia. Los clubes fueron obligados a crear academias juveniles con estrategas profesionales e innovadores. A los jóvenes con futuro y proyección se les brindaron oportunidades laborales.

Dos años después de la catástrofe en la Eurocopa, volvieron las mieles del triunfo. En Korea y Japón retornaron a la final de una cita orbital terminando subcampeones, en 2006 y 2010 quedaron en semifinales, pero la cara había cambiado. Su fútbol ya no era aburridor, por el contrario, le sobraba dinámica y por momentos fue un deleite verlos jugar. La fuerza se fusionó con el talento y se convirtieron en principales protagonistas a nivel mundial.

En el 2001 se sembró una semilla que 12 años después germina. Esos frutos se ven plasmados en las eliminatorias mundialistas donde comandan tranquilamente el Grupo C con 16 puntos, sacándole 8 de ventaja a sus seguidores. A nivel de clubes, tienen instaurados dos equipos en las semifinales de la Liga de Campeones, el Bayern Munich y el Borussia Dortmund. Es cierto, hace mucho no ganan un trofeo importante, pero lo van a obtener.

El trabajo que se hace en las canteras es fundamental y de ellas salen prodigiosos del juego. El Bayern Munich, por ejemplo, combina de forma brillante la experiencia de jugadores como Manuel Neuer (27), Bastian Schweinteiger (28) y Philipp Lham (29), con la juventud, potencia y talento de Thomas Muller (23), Toni Kroos (23) y Jerome Boateng (24). En el Borussia Dortmund hay tres joyas: Mats Hummels (24), Mario Gotze (20) y Marcos Reus (23).

La Selección de Alemania, versión 2013, tiene como base hombres del Bayern Munich y el Borussia Dortmund, así como aquella selección del 90, y que se suman a uno de los genios del fútbol, Mesut Ozil, y al inacabable Sami Khedira. Toda una constelación de estrellas que desde ya, son favoritos para el título en Brasil 2014.

Sin duda el fútbol alemán es toda una enseñanza de cómo aprovechar los momentos de crisis y salir de ellos. Aquel abismo que vio caer tanques de artillería pesada, se convirtió en un túnel de transformación que produce tanques de artillería fina.