El conjunto andaluz mostró su galante juego, en un partido para el olvido por parte de los dirigidos por Mauricio Pellegrino.
Málaga, equipo acostumbrado en los últimos tiempos a ofrecer un lindo espectáculo en las diferentes canchas del mundo, reafirmó una vez más su excelente estado de forma, en parte, a la enorme virtud de sus jugadores y al esquema que propone bajo la dirección del ingeniero Manuel Pellegrini.
Y es así. Este conjunto juega de una manera especial, reflejando trabajo serio y ambición por plasmar todos los esquemas tácticos que practica con rigurosidad a lo largo de la semana. Juega al estilo de una empresa industrial. Consigue optimizar resultados mediante valiosos recambios, proponiendo soluciones y sobre todas las cosas, leyendo con agilidad los momentos de los partidos para sacarles partido y evitar cualquier traspié que suele pasar en este tipo de partidos.
Hoy demostró que no importa caer, simplemente es necesario levantarse una y otra vez, para lograr los objetivos propuestos desde el arranque de temporada. En este sentido, cabe recordar que el cuadro de la Costa del Sol venía de conseguir apenas dos empates y dos derrotas, después de un inicio liguero de ensueño.
Hoy era el día para demostrar el cambio de actitud ante su afición y venciendo a unos de sus rivales directos para hacerse con el tercer cajón del pódium de una de las ligas más competitivas del mundo. Pudo más su emotividad y fe que los resultados negativos para saldar cuentas consigo mismo y con su gente, considerada como una de las aficiones más particulares, emotivas y fieles del balompié español.
Por su parte, el Valencia llegaba a suelo sureño con el ego por las nubes, tras haberse clasificado a la segunda fase de la Liga de Campeones, después del empate a uno con el siempre difícil Bayer Múnich en Mestalla.
El partido arrancó con un Málaga a tope, siempre en busca del dominio del partido y presionando al equipo Che para evitar que este pensara y pudiera herirlo desde el inicio. Como consecuencia de este hecho vino la primera opción para los de casa y con ello la apertura del marcador. Corría el minuto 7 de partido y Eliseu invadió la banda occidental del Valencia para asistir a portillo, que con calidad incrustó el balón al ángulo izquierdo de Diego Alves, dejándolo sin opción alguna. Golazo. Los malagueños se multiplicaron por montones, acorralando como fiera a su presa a los “chotos”, dejando en un segundo plano a jugadores encargados de recuperar balones y proponer juego como es el caso de Gago y Ever Banega.
Joaquín y Javier “conejito” Saviola bailaron con comodidad a una defensa deslucida, pudiendo aumentar la cuenta en un par de ocasiones. Para destacar, la que tuvo el ex River Plate sobre los 33, después de un pase entre líneas de Joaquín que el argentino supo aprovechar para dejar a todos por el camino, pero erró en puntería postrando el balón por las nubes. Para los valencianos por fin llegó el descanso para replantear el juego y lograr lidiar con las innumerables trabas que le planteaba su contrincante.
Sin embargo, una vez reanudado el partido, las cosas fueron de mal en peor. Málaga quería ganar con creces y demostrar que puede estar muy por encima de un Valencia que ha perdido identidad de juego y sobre todas las cosas, ha demostrado inconsistencia para mantener y voltear resultados. A los 47 Eliseu se inventó un cambio de frente demás de 30 metros para que Joaquín la bajara a primera intención y asistiera a Saviola, quien otra vez la suerte le decía que no. El delantero argentino tendría su revancha.
Corría el minuto 74 y Portillo asistió a Saviola para que este machacara un potente disparo a ras del piso y venciera por fin al brasileño Alves. Un impotente Pellegrino se divisaba en el banquillo Che, seguramente preguntándose muchas cosas sin encontrar respuesta al desastroso papelón que hacían sus dirigidos en tierras andaluces.
Los incorporaciones de Jonas y Piatti sirvieron para poco y nada, pues el Málaga esta enchufado como en aquellas noches épicas de unión de ingeniosos protagonistas. Roque Santa Cruz reveló a la figura de la noche Joaquín, para darle aire fresco a su equipo y seguir buscando la portería de su rival Y lo logró. Pasaron tan solo tres minutos, para que el paraguayo diera su aporte y de paso humillara sin piedad a un Valencia irreconocible. La pared de Jesús Gámez con Isco concluyó en los botines del guaraní, el cual demostrando su galante talento remató de zurda para mandar la esférica al fondo de la red. Pero eso no sería todo.
Una vez más, Málaga mostraría si arte en movimiento, realizando espeluznantes paredes que terminaron por enloquecer a un zaga lenta y poco participativa. La ñapa de la noche la puso el joven Francisco Alarcón “Isco”, quien aprovechó la asistencia previa de Sebastián Fernández y Diego Buonnanote para mandar el balón con potencia al ángulo derecho de la portería rival y poner las cosas 4-0 Noche de ensueño para los del ingeniero e infierno en vida para un Valencia que si quiere pelear por puestos Champions, tendrá que hacer mucho esfuerzo por mejorar las imperdonables falencias que muestra en muchos de los partidos que ha venido disputando.
Próxima fecha: Getafe Vs. Málaga; Valencia Vs. Real Sociedad.