Cuando se piensa en Brasil, llegan inmediatamente los recuerdos del ‘Jogo Bonito’ y sobre todo, el sinónimo de campeón en cada una de las competiciones en las que participa. La Copa de las Confederaciones no es la excepción y menos teniendo en cuenta que son locales.
La Confederaciones, para muchos, es un ambiente propicio para probar alineaciones, jugadores, hinchada y organización de cara al Mundial 2014. Sin embargo, los brasileros por su condición de penta campeones del mundo y al ser tres veces ganadores de la Confederaciones, no piensan en darse ese lujo a pesar del momento irregular que atraviesan.
Si bien es un nuevo desafío, también es la oportunidad de volver a estar en las portadas de los diarios no por su pasado sino por su presente. Las figuras en cada una de sus líneas quedaron atrás y ahora, con pocas pero de peso, deben aportar lo que alguna vez los hizo famosos.
Los centrales David Luiz y Thiago Silva son los máximos referentes del equipo dirigido por Scolari y, para sorpresa de lo tradicional, están en la defensa. Otro referente que es Neymar, el ahora delantero del Barcelona y figura en ataque, cosa que no sorprende, también tendrá la responsabilidad de demostrar el poderío ofensivo brasilero.
Tras la salida del discutido Mano Menezes, Luiz Felipe Scolari fue el elegido para cambier el rumbo de Brasil. Aunque volver al ‘Jogo Bonito’ parece no ser una opción para él, por estar mas ceñido al pragmatismo gaucho o charrúa en la forma de jugar, está la posibilidad, única posibilidad, de salir campeón y definir un estilo de juego que no queda bajo los parámetros brasileros pero que, si les rinde frutos, seguramente no será cuestionado.
Y todo porque Brasil no tiene más alternativa que salir campeón en casa.