Bolivia recibía a Argentina en el Hernando Siles buscando repetir el histórico triunfo de 4 años atrás, cuando derrotaron a los albicelestes por 6-1. Los gauchos, líderes en solitario de la eliminatoria, buscaban otro resultado positivo que mantuviera la ventaja obtenida hasta ahora sobre el segundo.
Como es costumbre en La Paz, los locales se mostraban más cómodos en el control y el toque del esférico, Argentina aguantaba con el bloque de 5 defensores propuesto por el entrenador Alejandro Sabella. Al minuto 18 la selección gaucha tuvo la más clara del cotejo, pero Rodrigo Palacio demoró la resolución dándole la oportunidad al portero Galarza de achicar. El equipo local dominaba pero sin llegar a preocupar la valla de Sergio Romero, quien se mostraba seguro ante los tímidos intentos de los del altiplano.
El dominio en el juego boliviano subiría al marcador al minuto 25, cuando Marcelo Moreno Martins por fin pudo cabecear con precisión un centro de Chumacero quien dejó sin posibilidad a su marcador, Clemente Rodríguez.
Al minuto 43 por fin pudieron sacar rédito de los contra ataques los argentinos, y por intermedio de Ever Banega llegaron al 1-1 con el que terminaría la primera mitad.
El segundo tiempo vio a una Bolivia menos intensa en sus intentos de ataque, los visitantes no parecían tener muchos inconvenientes en el juego y el dominio del esférico era dividido con pocas llegadas a los arcos.
A los 84 minutos de juego Lionel Messi aprovechó un grosero error de Raldés para generar un clarísimo mano a mano frente al portero Galarza, pero el crack argentino definió deficientemente perdiendo la oportunidad más clara de la victoria gaucha.
Con el físico desgastado, el segundo tiempo no brindó muchas más cosas para destacar, el merecido empate de Argentina le permite seguir siendo líder de la eliminatoria con relativa tranquilidad. El planteamiento de Sabella rindió sus frutos en un partido que con orden y calma tuvo la oportunidad de ganar la albiceleste. Para Bolivia el hielo se hace cada vez más fino, y el sueño mundialista empieza a desvanecerse.