Apología a José Mourinho, el entrenador

José Mourinho, su nombre causa revuelo donde quiera que suene, un tipo tan querido y amado, como odiado y detestado. Mou mediático hasta los huesos es sin duda uno de los mejores en su trabajo, pragmático, cien por ciento táctico, calculador y apasionado son algunas de las características que definen a este excelente entrenador.

Mourinho el entrenador, a mi entender, es un superdotado en lo que a su oficio se refiere. Desde muy temprana edad lo demostró cuando hacia informes y expedientes para los partidos que su padre dirigía. A demás de aquella anécdota de cuando a sus catorce años decidió analizar todos los partidos de la temporada de un jugador en particular del Oporto, el club de sus pasiones, que no venía jugando bien. A mediados de temporada Mourinho entrego un papel a este delantero recalcando las cosas que a su entender él debía hacer y el tipo sin nada que perder le hizo caso al pequeño, a final de temporada el equipo se consagro campeón y el 9 del Oporto gano el título personal de goleador.

Mourinho llegó al Real Madrid laureado por el mundo del fútbol para intentar acabar con el incansable equipo de la acera de enfrente. Con una plantilla armada por sus antecesores construyó un sistema de juego que le aseguró mantenerse vivo en la competencia y resaltó como el posible cambio de ciclo en la que siempre se ha dicho que es su mejor temporada, la segunda.
Sin duda alguna, el Real Madrid tuvo serios cambios desde su llegada, nuevos nombres en la plantilla forjaban una identidad y la evolución táctica planteada por el portugués se hizo un espacio en Europa entera. Juego rápido, presión alta, y verticalidad retratados en un contraataque deslumbrante, resumían a un Mirage español que se hizo con el título de Liga a partir de su revolucionario 3-3-3-1.

El Madrid ganaba pero la sensación de que su juego era dirigido a ganar la competición doméstica y en especial al Barcelona, dejaba grandes inquietudes a la hora de enfrentarse a un rival de peso en la máxima competición europea.

A pesar de esto a Mourinho en el conjunto blanco solo se le resistía un título, al que en su tercera temporada aposto con todo su arsenal, menospreciando desde el inicio a una Liga que desde septiembre de 2012 parecía ya tener dueño. Por tramos nos hizo recordar a aquel AC Milan de Carlo Ancelotti o al Liverpool de Rafael Benítez que salvaron sus temporadas de un terrible golpe al ganar la competición que ahora perseguía el de Setúbal, la UEFA Champions League.
La piedra en el zapato de Mou se iba a dar a la hora de enfrentar a un equipo desinteresado en el ataque posicional, al enfrentar a un velocista que entregara la pelota para generar el error en el rival y así atacar a velocidades desbordantes, en resumen sus dudas estaban al mirarse en el espejo.

El destino decidió que se enfrentara en Old Trafford a un rival de sus mismas características, el punto de inflexión de la temporada, donde Sir Alex Ferguson superó sin ninguna duda al portugués en el esquema táctico. Dejo al descubierto todos los pequeños problemas que se venían temiendo y de esta manera, con un partido extraño desde lo arbitral, el mundo entendió el oportunismo, la agilidad y la mentalidad ganadora de José Mourinho.

Ante la adversidad Mou aprovecho un dictamen arbitral que dejaba a Nani fuera del partido y a los Reds con diez y en una movida digna de la más complicada partida de ajedrez, saco a Arbeloa (que estaba suspendido) y metió a Modric. El Madrid se fue arriba con un esquema de tres defensas y la zona alta repleta de calidad y despliegue, marco por duplicado, sentencio la eliminatoria y celebró dando el mérito y los elogios al contrario.

José Mourinho en la actualidad tiene un título más en juego, un galardón que ya alcanzó en 2011 pero que de volverlo a ganar, no sería suficiente para camuflar su irresponsable temporada. En Madrid comparan su gestión del equipo blanco con la que ejecuto en el Chelsea de Inglaterra, que a pesar de comandar un proyecto donde se le aceptaron todas sus peticiones, fue incapaz de levantar “La Decima”, aquella copa de Europa que se le resiste de manera enfermiza al equipo blanco, aquella copa que parece marear a todo capitán que decide comandar el barco de Floren, un barco lleno de lujos y excesos.

Entre tanto humo he leído a aquellos que insisten en que el Real Madrid de Mourinho no juega fútbol, que no tiene un esquema táctico y que simplemente puso a sus fichas más caras a jugar y que por su técnica le sustentaron el proyecto hasta que alguien le tomo la medida y el mundo encontró la zancadilla para detener a la casa blanca.

Desde mi punto de vista, jugar bien consiste en plasmar el modelo de juego propuesto por el entrenador, evolucionando y mutando las ideas según el rival de turno y las circunstancias particulares a las que se enfrenta el equipo.

Mourinho como lo dije desde un principio es un superdotado del fútbol, un estratega de los mejores y su gestión en el Madrid más allá de las metas trazadas ha sido muy buena, a diferencia muchos yo creo que le dio identidad a un Real Madrid que no tenía fundamentos.

Mou consiguió hacer que el Real Madrid adquiriera un modelo de juego fundamentado en: repliegue y espera del adelanto posicional del rival, recuperación de balón, verticalidad, combinación adelantando líneas y siempre buscando el gol, siempre buscando ganar. El Madrid de Mourinho con el tiempo muto y consiguió ejercer funciones de presión alta, recuperación en campo rival y desequilibrio en el uno contra uno en velocidad.

Mourinho modifico su estilo de juego a las fichas que la plantilla le brindaba y de esta manera dio un hábitat adecuado a cada uno de sus jugadores en el sector del campo donde mejor se complementan. Si esta no es la función de un entrenador y si lo hecho por el portugués no tiene sentido entonces yo, un simple aficionado a este deporte no tengo idea de lo que es un entrenador.

Por Rafael Navas C. @rafaelnavas14