Como dice el argot popular: “para el amor no hay lugar, ni año, ni tampoco fecha en el calendario”. Esta es la premisa que aplicó Alfredo Di Stéfano.
A sus 86 años, el ex jugador de River Plate, Millonarios y Real Madrid contraerá matrimonio, por segunda vez (su esposa Sara Freites murió en 2005), en los próximos días con Gina González, una costarricense de 36 años de edad.
“Porque quiero y ya llevo ocho años viudo. Estoy enamorado”, aseguró el astro hispano-argentino en una entrevista concedida al diario ‘El Mundo’ (http://www.elmundo.es/elmundo/2013/05/04/gentes/1367667377.html).
Pero como en el fútbol, la novela de amor inició con muchos roces cuando el Presidente honorario del Real Madrid comenzó a escribir su libro. En aquel entonces, Gina era la secretaria de Luis Miguel González, quien se encargó de redactar sus memorias. “No fue un amor a primera vista, pero ‘casi’”, revela el ícono madridista.
Sin embargo, Di Stéfano se vio obligado a pedirle al Real Madrid a despedir a Gina, pues argumenta que escribía sólo “boludeces” de las entrevistas que transcribía para su libro.
“Cuando acabamos el libro ya no nos queríamos separar”, afirma emocionado y añade que el amor de su prometida, manager, secretaria y representante por la leyenda argentina es tan grande que ella misma se hizo tatuar “la saeta rubia” en uno de sus brazos.
“Yo antes decía que los tatuajes eran de delincuentes, pero ella se lo hizo sin decirme nada. Cuando lo vi casi me muero del disgusto… una señorita con eso, no puede ser!!!”, bromea un muy enamorado Di Stéfano, quien poco a poco cambió su opinión frente a los grabados en la piel y ahora se muestra muy orgulloso de ello.
“Es una fanática del Real Madrid, si hubiera sido del Barcelona, entonces no sé”, concluyó entre risas la leyenda viva del fútbol mundial.