Luego de una mala racha en las Eliminatorias al Mundial, el cuadro del maestro Tabarez recupera su nivel futbolístico.
Uruguay se impuso con contundencia 1-3 a Polonia en el PGE Arena Gdansk Estadio, reviviendo así la confianza a sus jugadores y al cuerpo técnico tras un ciclo oscuro vivido en las Eliminatorias Sudamericanas, donde los charrúas habían conseguido tan solo un punto de doce posibles, perdiendo de paso el liderato de la clasificación continental.
La albiceleste se mostró sólida en la línea ofensiva y defensiva, teniendo un buen dominio de balón por la bandas y controlando a merced los tiempos del compromiso en el ecuador del terreno de juego.
Siguiendo los lineamientos estrictos de la garra charrúa, los hombres del maestro Óscar Washington Tabarez contaron con una rápida recuperación de la esférica, sabiendo presionar en espacios y momentos claves a sus rivales, con el fin de desesperarlos y lograr impregnar velocidad a su juego, por medio de pases profundos entre líneas y haciendo uso adecuado de las diagonales.
La primera opción de gol para los suramericanos fue a los 16 de la inicial, a través de un disparo fulminante de Álvaro González que se fue un poco elevado, pero marcó la tendencia de lo que sería el compromiso.
Para destacar la enorme actuación de Luis Suarez, ya que siempre se mostró receptivo al juego de sus compañeros, adaptándose velozmente a las características del juego, siendo además una pieza fundamental en su equipo para arremeter la floja defensa polaca que nunca supo como parar al inspirado delantero del Liverpool.
A los 21 minutos se fue arriba el charrúa, gracias a un gol en contra por parte del defensa Kamil Glik. El segundo tanto llegó a los 34 por medio del delantero del Napoli Edison Cavani, después de una bonita jugada entre Nicolás Lodeiro y un Luis Suarez quien habilitó al ex del Palermo tras hacer un sombrero de pintura.
El complemento fue otra vez dominado por los de la visita, impregnando un juego rápido y efectivo, logrando desacomodar en reiteradas ocasiones a la zaga polaca.
De todas forma, los europeos tuvieron ocasionalmente jugadas de peligros, usando el contragolpe como herramienta predilecta. Y les funcionó. A los 64 Ludovic Obraniak disparó desde media distancia con absoluta potencia, para dejar sin posibilidades a un Muslera que se elevó de manera impresionante, pero no alcanzó a sacar semejante bombazo. ¡Para un postal aquella jugada!
Para tristeza de los dueños de casa, vendría el tercero de la noche para Uruguay a través de la figura de la cancha Lucho Suárez. El ex delantero del Ajax buscó durante todo el partido su cuota personal, pero primando el trabajo colectivo al individual.
Un despeje de Martín Cáceres de media distancia habilitó a un Suarez libre de marca, para entonar un contragolpe memorable y que esta regateara al meta polaco para poner las cosas 1-3 en la pizarra.
Final de partido para un equipo que resurgió entre las cenizas, demostrando su alto nivel individual y colectivo. La ausencia de Diego Forlán, irónicamente, no fue un problema para la albiceleste que se inspiró jugando ordenadamente y siempre mostrando destellos de calidad.