Lionel Messi, llegaba al Camp Nou con la ilusión de alcanzar o como tal vez muchos optimistas lo imaginaron, romper el record impuesto por Gerd Müller de anotar 85 goles en un año natural.
El partido frente al Benfica comenzó con una peculiaridad, Lionel Messi no era tenido en cuenta por Tito Vilanova para jugar de inicio, un partido daba luces de oportunidad para lograr alejarse de manera significativa y terminar sin duda alguna como el mejor club de su grupo en Uefa Champions League.
En el minuto 56 el tablero indicaba que Rafinha debía dar paso a un viejo conocido y de esta manera pasaba de ser un partido aburrido en el que el Futbol Club Barcelona no maravillaba a nadie, no encontraba su identidad y se veía presionado, a ser la oportunidad de abrir la fuerte y organizada defensa del club portugués con el que para muchos es el mejor jugador del mundo.
Tras 29 minutos en el terreno de juego y como si de brujas se tratara, en el minuto 85, tras un pase magistral de Piqué, Lionel en un mano a mano sufría un choque con Artur Moraes el número uno del Benfica que lo dejaba tendido en el terreno de juego con las manos sobre su cara.
Esta desafortunada imagen trajo a la memoria recuerdos que para la afición azulgrana son poco gratos, recuerdos de aquellos cuartos de final en el Camp Nou frente al Celtic de Glasgow en el año 2008, donde Lionel sentía un pinchazo en su rodilla izquierda, se llevaba las manos a la cabeza y lloraba sobre el césped mientras Ronaldinho y Deco llegaban con velocidad para apoyarlo, una lesión muscular que lo dejaría por fuera de los terrenos de juego durante el resto de esa temporada.
Este fue el triste epílogo de un partido por la liga de campeones en donde consiguiendo un empate, no cambia en nada la racha y recta competitiva que lleva el equipo. Es de esta manera como el partido queda en un segundo plano, el mundo entero se detiene a la espera del parte médico, que afortunadamente tras 15 minutos de espera descartan cualquier tipo de lesión grave. «Pensé que era una lesión grave y no volvería a tocar el terreno de juego» fueron las palabras del 10 del Barcelona.
Por el bien del fútbol mundial y del espectáculo que genera este deporte se espera que no pase a mayores y Messi logre finalizar el año de la mejor manera, con record o sin el, Lionel tiene 25 años y aunque es un reconocimiento para los libros de historia, mucho tiempo es lo que le queda para seguir escribiéndola día a día y partido a partido.
Por Rafael Navas Castilla @rafaelnavas14