Las brujas iluminan al Sevilla y este es campeón de Europa

#ElDato: El cuadro andaluz consiguió su tercera Copa de la UEFA, ahora Europa League. Benfica perdió su octava final internacional al hilo.

VIDEO. En una final chata, poca lucida y con mucho orden táctico, el Sevilla de Unai Emery venció al Benfica de Jorge Jesus por la vía de los doce pasos en un duelo que terminó sin goles en los 90 minutos reglamentarios y en los 30» de adición.

Como dos gladiadores con heridas de fondo, salieron ambos conjuntos a evitar dar ventajas que a sacar todo su potencial para pegar y noquear en cualquier ir y venir del compromiso a su rival de turno.  Los ‘encarnados’ fueron más arriesgados y crearon mejores opciones de gol, sin embargo, se toparon con un Beto que estuvo fenomenal para evitar cualquier grito de gol y así mantener en pié a los suyos.

Los primeros matices de la final fueron lentos y poco alentadores, con jugadas aisladas que le dieron un sabor menos desagradable a una contienda de la cual se esperaba más en la previa. El cuadro ‘lisboeta’ terminó el primer asalto con mucha hombría, creando varias chances claras para irse con una leve ventaja al descanso. Sin embargo, la falta de efectividad, la maldición que pesa sobre sus hombros y la luz que siempre iluminó a los ‘andaluces’ les negó festejar con todas sus fuerzas.

Tras las duchas el duelo no cambió mucho su horizonte, con un Sevilla que siempre estuvo a la defensiva y en búsqueda del error de los portuguesas para hacer daño y batir a un peso pesado del ‘Viejo Continente’. Los ‘lusos’ tuvieron unos 15 minutos fantásticos para liquidar la manga, pero nuevamente una fuerza oculta se interponía en su camino: la maldición del ex DT húngaro Béla Guttmann, aquel hombre que furioso dijo que el Benfica no volvería a ganar un título internacional en 100 años tras ser despedido por pedir un aumento de su salario.

Sobre la hora Carlos Bacca dispuso de una chance única e irrepetible para darle el triunfo al club que lo cobijó en la península ibérica, pero su disparo salió un poco ancho rosando el vertical de la madera portuguesa.

El complemento no fue más que un rompe piernas, donde se divisó un juego tosco y lento y muchos de los protagonistas se cuidaron a tope para evitar recaídas y posibles lesiones. En este orden no se presentaron opciones como para inclinar la balanza a un lado o otro, cuestión que obligó al referí a definir el cotejo desde la vía de los doce pasos.

Allí Beto atajó dos penales con categoría, gesta más que suficiente para que sus compañeros hicieran lo suyo y le dieran por tercer vez en la historia del Sevilla el título de la Copa UEFA, hoy denominada Europa League. Las brujas y las maldiciones hicieron de las suyas dándole un nuevo golpe bajo a los ‘encarnados’ que hoy lloran y ven como sus rivales, inferiores en juego y nómina, alcanzaron la gloria, aquella que muchos buscan y pocos encuentran.