Tras la sorpresiva derrota ante el Chiveo en la fecha pasada, la Roma se recompuso con una goleada (4-2) ante el Milán en el Stadio Olímpico de la capital italiana.
Los de Zeman salieron al campo y desde el arranque se apropiaron del mismo. Rápidamente y antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora, Burdisso adelanto a la ‘loba’ con un gol de cabeza luego de un tiro de esquina ejecutado por Pjanić.
Los rossoneri que nunca pudieron entrar en ritmo, se replegaron y fueron víctimas de constantes ataques romanos. La presión ejercida por los locales tuvo su recompensa, diez minutos después de la apertura del marcador. Francesco Totti, quien con gran visión mando un balón al corazón del área para Pablo Daniel Osvaldo que remató logrando ganarle a Mario Yepes la posición; y así poner las cosas 2-0 al minuto 23 de acción.
Con un Erik Lamela inspirado y gran gestor de la goleada, consiguió el tercer gol a los 30’ de la primera parte. El joven argentino gracias a una jugada de recuperación por parte de Michael Bradley, quien cedió a Danielle De Rossi para que este jugara con el ex de River y anotara el 3-0.
El trabajo en el medio campo de De Rossi, Bradley, Totti y Pjanić fue perfecto, a tal punto que el Milán nunca pudo hacerse con el balón, cuasando el distanciamiento de El Shaarawy; el arma más peligrosa del equipo de Allegri.
A pesar del cansancio de los locales, estos pudieron organizarse para la segunda etapa logrando aumentar la ventaja. A los 60’ una subida del lateral Balzaretti que centró para que Lamela anticipara a la defensa y batiera al Amelia.
Con el 4-0 a favor la Roma parecía tener todo bajo control, pero la expulsión de Marquinhios permitió al Milán encontrar espacios y por ende el descuento. Un penal de Pazzini y un gol de Bojan frente a su ex equipo al 86 y 87 fueron resquicios de esperanza para un Milán que sin merecerlo en lo absoluto, sólo perdió por 2 goles de diferencia frente a una Roma infinitamente superior.