En un partido sufrido, los de Rafa Benítez clasificaron sobre la hora evitando el tiempo suplementario.
Una vez más, el destino favoreció a un Chelsea que no estuvo en sus mejores faenas, pero que gracias a una genialidad de Eden Hazard logró una clasificación sufrida como las batallas de un ave fénix.
Corría el minuto 90, cuando después de una serie de rechazos del Sparta Praha, Eden Hazard se inventó un disparo épico para batir al golero checo y dejar estupefacto a un Stamford Bridge que no creía lo hecho por el joven belga.
Hasta ese momento, la fanaticada londinense sumada al cuerpo técnico a la cabeza de Rafa Benítez, solo había visto con ojos negros el encuentro tras irse en desventaja con un gol tempranero de David Lafata al 17’.
Todo el partido había sido un calvario para un cuadro que lo había intentado de varias maneras, pero que debido a su falta de definición sumado al gran trabajo táctico de los checos, se estaba transformando en una barrera imposible de quebrantar hasta que los de Stamford Bridge apelaron a su poderío individual, consiguiendo a la postre la tajada del postre con la clasificación a octavos.
Con este empate el Chelsea sigue en carrera y puede ser uno de los candidatos al alzarse con la Copa, tal cual ocurrió en la Champions del año anterior donde levantó la orejona siendo unos de los equipos menos mencionados por los expertos.
