Con la tranquilidad de haber ganado 2-0 en el Allianz Arena, los bávaros jugaron con paciencia para liquidar a una Juventus ansiosa que nunca encontró los caminos para abrir la serie.
Un frío y calculador Bayern Múnich saltó esta noche al Juventus Stadium con la meta de conseguir nuevamente una semifinal de Liga de Campeones. Su astucia en el terreno de juego y su experiencia en este tipo de instancias marcaron diferencia ante un “Vechhia Signora” que hace rato no se media con equipos de talla en certámenes internacionales.
Al mejor estilo de un cazador de jungla, los jugadores a la batuta de Jupp Heynckes fusilaron a plomo a un conjunto italiano confuso y lento que se enredó más de la cuenta para dejarle el camino abierto a un rival que fiel a sui estilo sentenció en el momento determinado, concluyendo la serie que en teoría era más cerrada con la mayor ventaja posible, ganando finalmente 4-0.
Claramente la apertura de las bandas marco diferencias, ya que los alemanes pusieron a funcionar esta parte del juego a la perfección con un inspirado Lahm que sigue demostrando porque es llamado uno de los mejores laterales del mundo. Muller y Robben a su vez aportaron su talento para dejar a la” “Juve” sin la esférica y por ende negándole cualquier tipo de llegada peligrosa a la cual están acostumbrados.
En los primeros 45 minutos ambos conjuntos se mostraron pasivos y se respetaron más de lo convenido, situación que cambió notablemente en la segunda manga con un Bayern mucho más completo en lo físico y en lo colectivo, logrando a los postre liquidar a los hombres de Antonio Conte que quedaron golpeados luego del primer tanto del croata Mario Mandzukic a los 64’.
La ingeniería alemana salió a la perfección como los mejoras carrocerías del planeta, logrando el segundo tanto a los 90’ en una jugada que el peruano Claudio Pizarro no perdonó empotrando la esférica al fondo de la red.
Ahora el gigante de la Bundesliga se perfila como unos de los candidatos a levantar la orejona en Wembley, donde antes deberá pasar por un camino espinoso enfrentándose a dos referencias del fútbol, Real Madrid y Barcelona, además de un innovador Borussia Dortmund que ayer mostró garra y corazón en un duelo que tenía prácticamente perdido con el Málaga de Manuel Pellegrini.